Sentido de pertenencia, óleo sobre lienzo, 125 x 80 cm. Denis Nuñez Rodríguez
La obra de Antonio Gattorno
Obra : Guajiros y Pilón
Antonio Gattorno (La Habana 15 de marzo de 1904- Massachusetts 5 de abril de 1980) confirmó su surrealismo exuberante con fuerte influencia de Salvador Dalí en las dos últimas décadas de su vida. Sus inicios están en la Academia de Artes Plásticas San Alejandro, de la mano del artista Leopoldo Romañach y en una beca de cinco años que ganó para estudiar arte en Europa –Francia e Italia- junto al escultor cubano Juan José Sicre.
Instructor de artes plástica de la Academia San Alejandro, en 1927, fija residencia en la barriada Pogolotti –municipio Marianao, La Habana- junto a su esposa, la actriz francesa Llilianne Cointepax. Una exposición personal que organiza, resume la fructífera carrera que hiciera por Europa y, junto a la del pintor Víctor Manuel y el escultor Juan José Sicre –que le presidieron- prepararon el camino para la gran exposición de Arte Nuevo –esta muestra se realiza en el mes de mayo y Gattorno presenta allí su obra Mujeres junto al río-.
Fue uno de los primeros creadores que trató el tema del criollismo en sus creaciones, por ello realiza en la década del 30 su mural Guajiros, en Nueva York –este mural inspiró una de las más bellas crónica del escritor y periodista Pablo de la Torriente Brau-. Esta etapa también marca una perfección en su técnica plástica, la búsqueda de una forma de abordar el tema tradicional cubano, fijando quizás un camino para la nueva generación de pintores cubanos denominada La Vanguardia –compuesta por Wifredo Lam, Amelia Peláez y Víctor Manuel-. Pertenece al Grupo Minorista; realiza un retrato a plumilla del joven poeta y revolucionario Rubén Martínez Villena. Realiza murales en edificios públicos y en viviendas en La Habana –muchos han desaparecido-, y desarrolló la decoración teatral en Cuba.
El clásico escritor norteamericano Ernest Hemingway fue quien patrocinó su primera exposición personal en Estados Unidos, en la Galería Georgette Passedoit, Nueva York, del 12 de enero al 2 de febrero de 1936; y quien escribió su monografía –publicada en abril de 1935- que contiene reproducciones de 36 obras en óleo, acuarelas, lápiz, y tinta y lápiz. A finales de los 30 establece su residencia en Estados Unidos y se aplica a la escuela surrealista –bajo la influencia de Dalí- y abandona la pintura de inspiración campesina.
Expone en la Galería Marquié. Viaja a Cuba por última vez en 1959. Pinta El héroe caído, se lo dedica a Pablo de la Torriente Brau y su lucha en España.
Entre otros premios recibe Watson F. Premio Adquisición Blair en la Exposición Internacional de Acuarela 15 en el Instituto de Arte de Chicago, 1936.
Exposición de Mario García Portela
Para los amantes de la buena comida y también del buen arte cubanos, el restaurante El Templete, ubicado en la hermosa Habana Vieja, exhibe la muestra Variaciones del maestro de maestros del paisajismo cubano Mario García Portela.
Catalogado por muchos como propositivo y vital, el maestro García Portela, con 70 años de vida, ha reunido en este hermoso espacio donde se complace al más exquisito gourmet, obras de hace unos cinco años hasta las de más reciente factura, insertas todas en una variedad no solo en cuanto a soportes y técnicas sino también en su concepción íntima actual del género, como un replanteamiento del paisajismo.
Son obras que el autor confiesa ofrecer como apenas un panorama de su propio universo creativo, y que sirve de motor de arranque luego de haber expuesto Tierra oscura en la Biblioteca Nacional José Martí y que le tomara tres años de trabajo intenso sobre obras de gran formato explorando como eje temático la unidad dentro de la fragmentación en un plano de búsqueda morfológica, estética, existencial y filosofal. Tierra oscura toma vida de los terracotas y sienas de la ingeniosa paleta de García Portela, desarrollados de una manera mesurada e ingeniosa expresividad que logra a la vista de los espectadores la sensación de la presencia de toda la gama cromática.
Pero en la propuesta del Templete, García Portela se ciñe al pequeño pero fino y acogedor entorno en el que han sido mostradas sus creaciones y a través de pequeños y medianos formatos se regodea en los detalles de los árboles en los que está presente la mano devastadora del hombre, a manera de close up: reproduce texturas que son testigos del paso del tiempo y el desarrollo del mundo vegetal en los que denuncia la desidia y la irresponsabilidad humanas que han provocado, entre otros factores, los desastres ecológicos y el inminente y progresivo desequilibrio del entorno. Aspectos que pueden apreciarse en un nivel metafórico y existencial y que este constante y renovado creador alerta incisivamente en el riesgo de la propia existencia humana y el hombre no regula su relación con el entorno, el aprovechamiento de sus recursos naturales.
La muestra, inaugurada a principios de febrero, permanecerá por dos meses.
Nelson Domínguez dona escultura a la capital de Australia
Nelson Domínguez, Premio Nacional de Artes Plásticas 2009, y uno de los más destacados y versátiles creadores de la plástica contemporánea cubana es el autor de la pieza que el gobierno de la República de Cuba donará a la ciudad de Canberra, capital de Australia.
En declaraciones a la prensa, el artista destacó que para la escultura se ha basado desde lo simbólico en el pensamiento del Héroe Nacional de Cuba, José Martí: “Patria es humanidad” para aunar en una misma pieza la convergencia de religiones, etnias, culturas, todas hermanadas en un entorno de paz. Su diseño consiste en grandes piezas de acero ensambladas que alcanzan hasta casi cuatro metros de altura.
Su develación al público será el dos de marzo en la Plaza Latinoamericana en medio de las actividades que se celebrarán por los cien años de Canberra como distrito del Gobierno de Australia.
Domínguez acentuó a los medios de prensa, en entrevista junto al embajador cubano Pedro Monzón, la colaboración de un grupo de artistas y operarios locales, utilizando las más modernas tecnologías. El diplomático destacó la importancia de esta acción cultural y la importancia simbólica de la pieza, que recoge artísticamente y de manera duradera, el desarrollo de las relaciones entre Australia y Cuba en áreas importantes como la ciencia, la educación y la salud.
También fue destacado el aporte del gobierno de la capital australiana en la concepción de la escultura y su emplazamiento en la Plaza Latinoamericana, espacio en el que fue anunciada la inauguración de una exposición del afamado artista.
Nelson Domínguez es pintor, dibujante e ilustrador; ha sido profesor y jefe del Departamento de Pintura del Instituto Superior de Arte (ISA) y ha integrado el claustro de profesores de la especialidad de grabado en esa institución. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos (AIAP); cuenta con numerosas exposiciones personales y colectivas en Cuba y en el extranjero, además de su obra estar en las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, la Colección Consejo de Estado de la República de Cuba; Museo de la Tertulia, Cali Colombia; Museo Latinoamericano, J. Cortázar, Managua, Nicaragua; Casa Presidencial Los Pinos, México; Casa Presidencial de Guatemala; Museo Miura Matsuyama, Japón; Colección Palacio Imperial de Japón; Museo Soka Dakai, Fuji, Tokio, Japón; Museo Merugo, Japón; Centro de Estudios Cubanos, New York; Museo Universidad de Cornell, Estados Unidos; Museo de Arte Herbeat F, Johnson, Estados Unidos y la Colección de la Reina de Holanda.
Armando García Menocal y su obra pictórica
Armando García Menocal (La Habana, 8 de julio de 1863- 28 de septiembre de 1942), célebre pintor cubano por sus retratos –pintó a varias personalidades de la época-, sus numerosos paisajes y las pinturas de asuntos cubanos al aire libre –incluyó bohíos, animales, implementos agrícolas, etc., en un ambiente típico cubano-. Fue poeta, poseedor de una vasta cultura literaria; fue un hombre de carácter jovial y de gran caballerosidad. Entre sus obras más conocidas se encuentra La muerte de Maceo (1906). Decoró el Aula Magna de la Universidad de La Habana. Se considera uno de los positivos valores representativos de la plástica cubana.
De niño estudió en la Academia de Artes Plásticas “San Alejandro” hasta 1880 en que viaja a España para continuar sus estudios con pintores de la talla de Francisco Jover Casanova y Francisco Domingo Marqués. Su regreso a Cuba ocurre en 1890, entonces dirige la cátedra de paisaje de San Alejandro.
Con el estallido de la Guerra de Independencia de 1895, Menocal abandona los pinceles para sumarse a la campaña bélica bajo las órdenes del General Máximo Gómez. Luego se incorpora a las fuerzas del General Antonio Maceo y recorre la Isla, con la invasión, de Oriente a Occidente. Al culminar la guerra ostenta los grados de Comandante.
Con la República vuelve a su puesto de profesor de paisaje; hasta 1926 que asume la dirección de San Alejandro hasta 1934. Vuelve a los pinceles, y refleja los acontecimientos en el campo de batalla.
Exposición de Artes Plásticas en el Teatro Karl Marx
Desde el 7 de marzo para quienes gusten de las artes plásticas vinculadas a la naturaleza, está abierta en el lobby del gran Teatro Karl Marx, sito en avenida Primera y calle 12, Miramar, La Habana, la exposición Mirando al Mar. Organizada por la Comunidad Artística Yeti y el propio teatro, la muestra la conforman pinturas y fotografías de quince autores habaneros quienes reflejan a través de diversos soportes, la diversidad, vivencias, belleza y el placer de convivir con el mar demostrando así la influencia del mundo y el hábitat marino, su flora, fauna, movimiento, memorias, leyendas, vinculadas a las culturas de los pueblos.
Las técnicas, estilos y géneros fueron diversos; además lograron describir la presencia del litoral y su relación con el entorno habanero.
A su vez el momento sirvió para festejar los 60 años de vida y 40 de trabajo del maestro de las Artes Plásticas, Agustín Villafaña, inspirador además de La Casa Yeti, un centro artístico cultural que él concibió y aún dirige desde su fundación en 1999 y que está vinculado con la enseñanza y la creación, la superación, divulgación y reconocimiento del colectivo perteneciente al proyecto YETI-UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba).
Cada mes visitan La Casa Yeti un promedio de mil 500 a mil 700 personas. Este es un centro donde, además, se promueve la masificación de la cultura ya sea en talleres, cursos, exposiciones, encuentros, especializaciones, concursos, recitales, talleres literarios e infantiles, y también a través de la música.
“Contamos con creadores de diversas procedencias profesionales, artísticas, generacionales y sociales, deseosos de proteger, rescatar y potenciar los valores, tradiciones e identidad del barrio”, declaró a la prensa la encargada de Comunicación de La Casa.
Gran aceptación tienen los cursos que oferta esta institución entre personas de diversos grupos etáreos, el popular espacio Café con filo, Ojo Verde está dedicado a la crítica de arte, las tardes musicales, las clases de preparación para las Escuelas de Arte en cerámica, dibujo, grabado, pintura, además de muchísimas más opciones.
Conocida como la Casa Verde del Arte Cubano, este proyecto que tiene su sede en calle 13 No. 4420, entre 44 y 46, Playa, tiene su propia página web www.yetiartecubano.com.
Exposición de Hilda Vidal
Se creyó nira y era nisallo es el nombre de la más reciente exposición personal ―28 obras de mediano y pequeño formato, en óleo sobre lienzo―, de una de las artistas más prestigiosas de la plástica cubana contemporánea: Hilda Vidal y que, para beneplácitos de los que visitan la capital cubana pueden disfrutar de ella en la galería El reino de este mundo, de la centenaria Biblioteca Nacional José Martí.
Al decir de la crítica: "Hilda Vidal, con más de 40 exposiciones en importantes galerías y centros culturales de América y Europa, muestra la madurez adquirida por su lenguaje abstracto-figurativo, con un fuerte acento expresionista, al recrear una atmósfera muy personal e intimista, en las cuales deja traslucir sus estados anímicos y fabulaciones surgidos durante el proceso creativo".
"Se trata de darle libertad a la fuerza de su inspiración y reflejar en el cromatismo una amalgama de sentimientos en variados matices. Aunque en cada cuadro, según confiesa la propia artista, solo están representados dos o tres colores, el uso de la luz y la estrategia de emplear contraluces de un modo sorpresivo permiten que el espectador quede atrapado por una especie apenas perceptible de ilusión óptica muy propia de esta mujer que posee dotes de ilusionista que a veces engaña la retina y cautiva a su receptor."
Lo más sorprendente es que tras cada obra late, oculta, una historia que en ocasiones apenas se sugiere con enigmas propios los cuales quedan ante la vista de quienes sucumben ante el encanto de sus creaciones.
Nacida en La Habana, Hilda Vidal recibió clases de pintura con Manuel Vidal y ya en 1973 realiza exposiciones personales, mostrando también su obra en España, Bélgica y Argentina. En 1985 realizó los diseños (escenografías y muñecos) para la obra La Caperucita roja del Guiñol Nacional. Ha incursionado en el grabado, las esculturas blandas y el dibujo.
Su obra también ha sido mostrada en más de 150 exposiciones colectivas tanto dentro de la Isla como en el extranjero.
Sus obras se encuentran en colecciones de Cuba, Francia, Alemania, España, Suecia, Italia, Rusia, México, Yugoslavia, Canadá, Estados Unidos, Venezuela, Colombia, Chile, Nicaragua, Panamá, Argentina, Bélgica, Japón, Jamaica, Senegal y Nigeria.
Junto a la controvertida pintora cubana Rocío García representó a Cuba en el 2001, en el evento iberoamericano de pintoras Mujeres de Espíritus en Ciudad Panamá.
Luego, en 2005, representó a la galería La Acacia en el evento Toronto International Art Fair en Toronto, Canadá.
Su obra ha sido reproducida en numerosas revistas y periódicos en el extranjero y Cuba.
Expoventa de Zaida del Río en la Habana Vieja
La reconocida artista de la plástica cubana Zaida del Río inauguró una expoventa en el Taller de Serigrafía René Portocarrero en La Habana Vieja, exactamente ubicado en la calle Cuba entre Teniente Rey y Muralla, la cual lleva por título Signos del Zodiaco. Doce Serigrafías de Zaida del Río.
Basada en 12 obras pertenecientes a la serie Conversaciones –data del año 1991-, esta muestra de reproducciones en serigrafía está inspirada en los signos zodiacales y las cartas del tarot.
Sobre la reconocida artista el Premio Nacional de Literatura 2003 de Cuba, Reynaldo González apuntó: “Dichoso el país que cuenta con una artista como Zaida del Río, quien a un tiempo expresa su individualidad creadora y, sin que se resigne a los trillados caminos de lo emblemático, canta a su entorno y, más, a sus raíces. En su figuración, donde sueño y realidad quedan aunados, se perfilan sus obsesiones, pero de alguna caprichosa manera aparece el mundo del que ha salido y lleva como signo. Del lienzo, o del papel, en la obra de esta joven y laboriosa mujer que ya ha dejado una estela de insoslayable significación, emerge una atmósfera de música propia, en amaneceres y en plenilunios. Pintora, dibujante, ceramista o grabadora, siempre es ella imponiéndose a la materia con sus alucinaciones y juegos, las transparentes sorpresas que pueblan su espacio y sonríen. Es su voluntad y su alegría, porque para ella crear es una suerte de respiración y, a la vez, un oficio donde la espontaneidad tiene espacio señero. Es una conjunción de personalidad definida como pocas, suma y síntesis de su cultura cubana, sin que evada la entrada de múltiples motivaciones externas. Y en eso también responde al destino de su Isla, puerta por donde, durante siglos, llegaron al Nuevo Mundo todas las influencias para fundirse en una cultura de nuevo tipo”.
Fundado a principios de los 80 del siglo XX, el Taller de Serigrafía René Portocarrero ha mantenido en más de tres décadas dos modos de trabajar la serigrafía: una es la reproducción fiel de los originales y la realización de obras concebidas especialmente para este medio. En su galería comercial se muestran grandes obras de la historia de la plástica cubana y allí cuelgan sus obras tanto los plásticos establecidos como los jóvenes que pertenecen a su colectivo de trabajo.
Flavio Garciandía y su obra
Exponente del fotorrealismo en los años setenta y figura paradigmática del nuevo arte cubano de los ochenta, Flavio Garciandía es considerado por la crítica como uno de los principales pintores abstractos de nuestro país. Establecido en México, el artista no ha perdido el espíritu del trópico y la luz de la isla que emana de sus cuadros.
A lo largo de su carrera, Garciandía ha estado abierto a las diferentes tendencias que lo han influenciado. En un primer momento asumió el kitch y el fotorrealismo. Pintó imágenes de íconos de la cultura popular, y otras de su propia inspiración. Posteriormente, fue derivando hacia una abstracción muy dinámica, que bebió de los mejores exponentes del estilo a nivel internacional.
Con una estética bien cuidada este pintor ha creado numerosas piezas que se trasladan de lo figurativo a lo abstracto. Sus títulos son muy sugerentes, forman parte de la tela como cualidad narrativa que conduce a una dimensión reflexiva. Entre sus obras más conocidas se pueden apreciar Todo lo que usted necesita es amor, Islas, la serie titulada Apuntes para un estudio de la conquista y la serie El dorado, Trece pintores en busca de un autor, y La suite del diversionista.
A partir del año 1970 comienza a participar en exposiciones individuales y colectivas, tanto dentro como fuera de la Isla. Ha mostrado su obra en países como Alemania, Australia, Brasil, Canadá, Checoslovaquia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Holanda, Hungría, Inglaterra, Italia, Martinica, México, Panamá, Polonia, Portugal, Puerto Rico, Rusia, Suecia, Venezuela y Yugoslavia. Ha estado presente en importantes eventos relacionados con el del orbe como las bienales de La Habana, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO (España), la Exposicion Universal Sevilla 92 (España), la II Bienal de Cultura de Cuenca (Ecuador), la 18va Bienal de Sâo Paulo (Brasil), y la XLII Bienal de Venecia (Italia), entre otros.
Su trabajo ha sido meritorio de galardones como el otorgado por la Guggenheim Foundation Fellowship de Nueva York, el Premio de la IV Bienal Americana de Artes Gráficas de Cali (Colombia), y el Primer Premio de la VII Bienal Internacional de Estandartes 2012 (Tijuana, México). Su obra forma parte de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, y del Museo de Arte Moderno de Lods (Polonia), entre otros.
La obra de Kadir López Nieves
Kadir López es uno de los artistas más prominentes del arte cubano actual. Su lenguaje tiene su punto de partida en el juego, y a partir de él hibrida diferentes símbolos de la historia del arte, de la historia social y cultural de nuestro país y de su historia personal. Aborda sus telas con suma maestría y profesionalidad. En ocasiones decide ir más allá de la obra bidimensional, y prolonga el lienzo hacia el espacio, con elementos que se desbordan de los pigmentos. En otras, prefiere hacer de la pintura el complemento de superficies como bolos, o mesas de billar, las cuales tienen más consonancia con su sentido de lo lúdico.
Sus piezas se caracterizan por la manipulación. Kadir desordena el orden de las cosas, parodia el canon y lo subvierte. Su estética es la de los colores llamativos, formales, claros y oscuros. Su pintura desprende un lenguaje simpático y rico en divertimentos. Ello lo hace experimentando con formas, colores, superposiciones, y mezclas.
La preocupación de este artista es la autorreferncialidad. Juega con íconos como la Mona Lisa, José Martí, Carlos Marx, los balseros, y el Malecón habanero, entre otros. A ellos los carga de historia, los ubica en un contexto que hace propio, y los convierte en un retrato personal de la realidad. Su obra es un reflejo de su nostalgia. En cada pieza se respiran los recuerdos.
En los últimos tiempos, los trabajos de Kadir han transitado por una estética urbana. En este sentido, ha hecho uso de los carteles y señales de La Habana en los años cincuenta, y con ellos ha elaborado un discurso de imágenes que hacen pensar sobre los procesos sociales y como estos ayudan a conformar los paisajes citadinos. También ha trabajado a las divas, los cines y los teatros, como receptores de importantes momentos culturales de la vida de la ciudad.
Desde el año 1989, Kadir López ha participado en numerosas exposiciones personales y colectivas. Su presencia ha sido notable en eventos nacionales e internacionales de la escena del arte, como las bienales de La Habana; el Primer y Tercer Salón de Arte Cubano Contemporáneo; el Salón Provincial de Arte, de Las Tunas; la Bienal de Acuarela de Viña del Mar; la Feria de Arte de Hamburgo; y la Feria Internacional de Arte de Londres. Sus piezas han sido exhibidas en países como Alemania, Canadá, Chile, China, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Perú y Venezuela.
La Jungla de Wifredo Lam
Exhibida hoy en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, MOMA, La jungla es, según los especialistas, una obra de magia y misterio, a la vez de denuncia; es el espíritu del monte. Un año después es acogida por el mencionado museo de arte con cierta reticencia en cuanto a la comprensión de la obra –la adquisición por el director del museo, James Jonhson Sweeney provocó un gran escándalo que casi le cuesta el cargo–, mientras Lam disfrutaba del aprecio y la simpatía de los intelectuales y artistas neoyorkinos. La ubicación allí era inaudita: un latinoamericano no blanco entra en la colección del MOMA con una obra en la que expone sus criterios en una formulación sobre una experiencia americana no blanca.
Sobre esta obra, el gran Alejo Carpentier la definió como “una aportación trascendental al nuevo mundo de la pintura americana (…) Lam comenzó a crear su atmósfera por medio de figuras en que lo humano, lo animal, lo vegetal, se mezclaban sin delimitaciones, animando un mundo de mitos primitivos, con algo ecuménicamente antillano, profundamente atado no sólo al suelo de Cuba, sino al de todo el rosario de la isla”.
Lam fue fuertemente discriminado en la tierra de Martin Luther King: por su raza lo expulsaron de estudios y hoteles, le negaron la entrada a bares y restaurantes…, luego de la muerte de Arshile Gorky, decidió irse de allí. Entonces retorna al Viejo Continente en 1947 y trabaja intensamente con los vanguardistas: belgas, daneses, holandeses, quienes reciben con beneplácito su pintura; luego en 1948 fundan el grupo COBRA en donde Lam es considerado un maestro y además, designado embajador artístico de Cuba.
Wifredo Lam está considerado el artista cubano más influyente en el desarrollo de la plástica americana en la segunda mitad del siglo XX.
La obra de Jesús Nodarse
Jesús Nodarse es uno de los artistas emergentes del arte cubano contemporáneo. Su obra es característica por la presencia de un ideal corporal o canon de belleza muy particular. El autor nos muestra cuerpos voluptuosos, con una sensualidad picaresca, que son capaces de quebrar la uniformidad y descubrir lo diferente. Las figuras son manipuladas y vulneradas, de forma tal que se aproximan a nosotros mismos y a nuestra realidad como seres humanos.
Su pintura se caracteriza por la presencia de personajes sensuales, de elevada autoestima, con un gusto por las banalidades de la vida y sus placeres. A ellos los sobredimensiona en una especie de canto al goce, la autocomplacencia y a la vanidad.
El autor prefiere los colores cálidos y bien delimitados. Sus fondos son paisajes campestres y citadinos, conocidos o desconocidos, en los cuales es fácil de apreciar el movimiento de las figuras. Sus preocupaciones son los problemas reales del ser humano en la vida cotidiana (los miedos, la soledad, y los prejuicios, entre otros). Su solución está en disfrutar la vida tal y como es.
Su serie más reciente fue La mujer del pescador. Ha participado en numerosas exposiciones colectivas desde el año 1994. Ha publicado sus imágenes en las revistas Revolución y Cultura (Cuba) y Facts (Suiza). Sus piezas han sido exhibidas en países como El Líbano, Estados Unidos, Argentina, Malasia y Panamá. Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas en países como Alemania, Austria, Brasil, Colombia, Cuba, Dubái, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Japón, Kuwait, Líbano, Malasia, México, Mozambique, Nueva Zelandia, Panamá, Reino Unidos, y Siria, entre otros.
La obra de José Bedia
José Bedia es un reconocido pintor cubano y uno de los principales exponentes de la “generación los ochenta”. Su obra es el reflejo de sus experiencias y motivaciones personales. El tema que le interesa es el de las diversas culturas indígenas, su espiritualidad y cosmogonía. Ello, llevado a la vida común y puesto a dialogar con el sujeto contemporáneo.
El germen de su producción artística se encuentra en las muestras que realiza a partir de los ochenta, tituladas Crónicas Americanas. Después de este momento, y con madurez, las obras de este creador están cargadas de referencias antropológicas. Sus reflexiones sobre lo divino y lo humano, incorporan al arte contemporáneo otras perspectivas. El artista trata de encontrar los puntos de contacto entre la identidad actual del ser caribeño y sus raíces, y pretende desdibujar los límites entre lo sagrado y lo cotidiano.
A lo largo de su carrera, ha trabajado sobre los mitos y oficios del Palo Monte, las diversas religiones afrocubanas, los indígenas de las Américas, y los líderes y guerreros de distintas tribus. A su vez, ha dotado a sus cuadros de un gran sentido del humor. La seriedad de sus temas se torna simpática a través de los chistes que aparecen en sus títulos.
Los formatos que trabaja son la pintura y la instalación. Bedia ha viajado por todo el mundo en busca de inspiración para su arte, y esta ha sido encontrada en las culturas de los pueblos originarios. Entre las obras de su autoría se encuentran Debajo del laurel yo tengo mi confianza (1987), Pá' que te llamas... (1987), Cada uno en su casa (1987), Yakara Mundele (1995), Pájaro llega -Nsusu, Nkuenda- (2001), Cotalima -El lugar y el tatuaje- (1992), Un Bentley por Quisqueya la Bella (2012), Historias de Don Jacinto (2000), 7 con 7 más (2007), y JESUTEAMABUCALOAORA (2012), entre otras.
Ha participado en numerosas exposiciones colectivas desde el año 1978. Es uno de los artistas cubanos más cotizados en el mercado de arte actual. Sus piezas han sido exhibidas en países como Argentina, Brasil, Chile, China, España, Estados Unidos, Irlanda, Italia, Korea, México, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Sudáfrica, entre otros. Ha obtenido reconocimientos notables como el Premio de la Segunda Bienal de La Habana (1986), el Premio de la Bienal de la Crítica de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (1986), la Distinción por la Cultura Nacional, Consejo de Estado, República de Cuba (1988), la Beca Guggenheim (1994), y el Primer Premio de Excelencia en la Pintura otorgado en la IX Bienal de Beijing (2010).
Importantes eventos nacionales y extranjeros han contado con su presencia. Ejemplos de ellos son la Bienal de La Habana, la Feria Internacional de Arte de Korea, Art Basel (Miami), la Feria de Arte Contemporáneo y Moderno PINTA 2010 (Nueva York), la IX Bienal de Beijing, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo Arte BA 08’ (Argentina), CIRCA 08 (Boston, Massachusets), ARCO 06 (Madrid) y la Primera Bienal de Lima, entre otros. Colecciones públicas y privadas en Alemania, Canadá, Cuba, España, Estados Unidos, Finlandia, Korea, México y Venezuela, entre otros países, atesoran sus obras. De ellas sobresalen las colecciones del Museo de Bellas Artes de La Habana, Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), y del Guggenheim Museum de Nueva York.
La obra de Franklin Álvarez Fortún
Franklin Álvarez es uno de los exponentes del arte cubano contemporáneo. Sus pinturas tienen como centro a la figura humana en retratos que constituyen interrogantes de carácter social. Su interés está en crear alusiones y jugar con los referentes (personajes obsesionados con la apariencia, figuras que se venden por pedazos, seres sospechosos por la abrumadora ingenuidad que desprenden, entre otros), con el fin de generar lecturas diferentes.
El artista utiliza al cuadro como crónica. A través de sus piezas refleja la época en que vive y sus problemáticas. Como centro de gran parte de su obra al fisiculturista cubano. A partir de él pretendió crear conciencia sobre el mundo marginal en que viven estas personas. Pues, Franklin desea plasmar cómo los cambios y las diferencias sociales se reflejan en las acciones de los seres humanos. Su discurso involucra a la raza, a la cultura y a las luchas entre centro y periferia, lo culto y lo trivial.
Entre sus obras más conocidas están Acaríciame (1998), Cada hombre tiene su medida (2001), Camaleón (2002), Naturaleza muerta (2008), Autorretrato (2009), Púgil (2009), Some problems (2010), Razones de Peso (2010), Para medir ideas II (2010) y Oil (2010). Ha creado instalaciones compuestas por series de pinturas como Calculadoras (2003), y Surtidor, conjunto de pushing bags con imágenes de personajes reales (2005).
Franklin Álvarez ha participado en numerosas exposiciones colectivas desde el año 1990. Sus piezas han sido exhibidas en países como Alemania, Bélgica, Chile, China, España, Estados Unidos, México y Rusia, entre otros. Ha estado presente en reconocidos eventos nacionales e internacionales como el Salón nacional de Dibujo (Cuba), las bienales de La Habana, el I y II Salón de Arte Cubano Contemporáneo (Cuba), la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO (España), el IX Concurso Internacional de Pintura organizado por la Fundación Barceló (Palma de Mallorca, España), y la Bienal Iberoamericana de Acuarela (Chile). Colecciones públicas y privadas como The Howard J. Farber Collection of Cuban Art (Nueva York, Estados Unidos), el Museo de Akron (Ohio, Estados Unidos), NINART (México), la Fundación Antonio Pérez (España), Maximilian Reiss (Viena, Austria), la Asociación Cuba-Toscana de Campi Bisenzio (Italia), y el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam (Cuba), aguardan sus piezas pictóricas.
Gilberto Frómeta Fernández
Gilbérto Frómeta es un artista plástico cubano de gran reconocimiento a nivel nacional e internacional. Con su pintura ha cultivado tanto la vertiente figurativa como la abstracta, y en ambas se ha destacado de manera excepcional por el uso del color y la pincelada depurada.
Este dibujante, pintor y grabador se formó en la primera promoción de la Escuela Nacional de Arte (1970), y posteriormente realizó estudios de gráfica en el Instituto Superior de Arte de La Habana. Su obra se sumerge en el mundo de los colores brillantes. Tanto en sus piezas figurativas, como en las abstractas, el autor siempre comunica estados de ánimo.
Entre los motivos a los que recurre, el caballo ha estado presente en gran parte de su discurso, aunque el paisaje también le ha interesado. Sus corceles pueden ser considerados los corceles del arte cubano. Es en el equino dónde Frómeta encuentra el terreno para desplazarse entre el simbolismo y el surrealismo. Con sus caballos físicos, aparatos de diversiones, o simples juguetes, nos remite al mundo de la infancia con una carga nostálgica notable. Su obra desprende un ambiente cálido y de intimismo que aguarda cierta emoción.
Su técnica es impecable, lo mismo en pintura, en dibujo o en grabado. En los últimos años se ha interesado por la fotografía y ha desarrollado obras dentro de las posibilidades del arte digital. Algunas de sus piezas más recientes son ¿Qué tú piensas?, Tarde, Caricias en la mano, Amor sin fronteras y Al mal tiempo buena cara.
Desde el año 1970, Gilberto Frómeta ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas. Sus piezas han sido exhibidas en países como Alemania, Argelia, Argentina, Austria, Bélgica, Brasil, Checoslovaquia, China. Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Hungría, Inglaterra, Jamaica, Japón, Malasia, México, Nicaragua, Panamá, Polonia, Portugal, República Dominicana, Rusia, Siria y Venezuela. Ha estado presente en las Ferias de Arte de Madrid, Sevilla, Cuenca, Bogotá y Bélgica; en las Bienales de La Habana, y de Lujbliana; en los eventos de grabado de Kanagawa (Japón); entre otros. Por su trabajo ha obtenido premios como el Premio en el Salón Nacional de Dibujo (Cuba, 1977); el Premio del Primer Salón Nacional de Grabado (Cuba, 1981); el Premio Espacio Latinoamericano de París (1984), y el Premio Nacional de Grabado en la Primera Bienal de La Habana (1984); y el Primer Premio VI Bienal de Pequeño Formato (Venezuela, 1990), entre otros galardones. Sus obras se encuentran en las colecciones permanentes del Museo Nacional de Bellas Artes, en colecciones institucionales y privadas nacionales e internacionales. Colecciones públicas y privadas en Cuba, Francia, Portugal, España, China, Polonia, Rusia, Hungría, Gran Bretaña, Ecuador y Austria, atesoran sus obras.
Aislame, acrílico sobre lienzo, 50 x 40 cm, Javier Dueña
La obra de Ever Fonseca
Ever Fonseca es un artista cubano que ha cultivado la pintura, la escultura y la cerámica, a lo largo de su trayectoria. Considerado uno de los principales exponentes del arte popular cubano postrevolucionario, la poética de este autor ha evolucionado desde su etapa de formación hasta la actualidad, de manera contundente.
Sus motivos representacionales son aquellos que pertenecen a su universo guajiro. Pero estos no son cualquiera. Ever los escoge con la magia propia de las fábulas campesinas, de las leyendas de abuelos y de los juegos de niños. Así vienen a inundar sus cuadros personajes que son jigües, siguapas, lunas soles, figuras humanas y animales. A ellos les da vida con la gracia del mito, sin caer en lo folclórico. A ellos les otorga el realismo mágico de la campiña cubana.
Su obra no deja de tener influencia. En ella se palpa el surrealismo y la vanguardia cubana. Eduardo Abela, Carlos Enríquez, Ángel Acosta León, Ernesto González Puig y Samuel Feijóo son algunas de sus influencias. Sin embargo, a pesar de sus intenciones de ser artista moderno, Ever Fonseca viene a salvar nuestra tradición.
El pincel de este creador se nutre de la flora y la fauna cubana, y de las historias de campesinos y poetas. Su obra escarba en las raíces, en una manera de plantearse el mundo. De esas semillas crecen cuadros, tallas o piezas cerámicas de un lenguaje muy personal. El pintor mezcla colores y crea atmósferas que otorgan nuevos sentidos al arte criollo cubano. De su iconografía se desprende un bestiario rural, en el que se distinguen personajes legendarios y otros creados de las simbiosis e hibridaciones que se plante Fonseca.
El artista ha participado en numerosas exposiciones colectivas desde el año 1963. Sus piezas han sido exhibidas en países como Alemania, Antillas Holandesas, Argentina, Bulgaria, Canadá, Checoslovaquia, Colombia, Cuba, Ecuador, España, Francia, Italia, Lituania, México, Polonia, Portugal, Puerto Rico, Venezuela, y Yugoslavia. Entre las distinciones con que ha sido galardonado se encuentran el Premio de Pintura del Salón ’70 (Museo Nacional de Bellas Artes. La Habana), el Premio Nacional de Dibujo Joan Miró (Fundación Joan Miró. Barcelona), el Primer Premio en el Concurso de Pintura de la UNESCO (Asociación Internacional de Artistas Plásticos para el área de América Latina y el Caribe. Francia), y el Premio Nacional de Artes Plásticas 2012 (Ministerio de Cultura, La Habana). Su obra se encuentra en colecciones en Alemania, Colombia, Cuba, Ecuador, Lituania, Polonia, Puerto Rico y Yugoslavia.
La obra de Reinerio Tamayo
Este artista plástico cubano no se ha limitado a la pintura como medio de creación, sino que también ha abordado la escultura, el diseño y el dibujo. Considerado uno de los mayores exponentes del arte actual de nuestro país, ha contribuido con éxito a la legitimación del humor dentro de la producción artística.
El virtuosismo técnico y la capacidad con que se apropia y profana los diferentes estilos e íconos de la historia del arte, son un rasgo distintivo de la obra de Reinerio Tamayo. El humor es la substancia de su discurso. A partir de la parodia incursiona con desenfado en las problemáticas sociales y culturales que le interesa, como el consumismo, la sexualidad, el género, los cultos políticos y los mitos del arte.
El autor se ajusta a lo que cada cuadro le demanda. Su paleta no es rígida, sino que fluctúa entre los colores del pop, las tonalidades sobrias y las transparencias, según la concepción de cada obra. Se sirve de la pintura clásica, las vanguardias, el pop, el cómic, y el arte japonés, y los interpreta de forma tal que funda su estética propia, la cual no tiene la marca de ningún autor que no sea él.
Sus imágenes son mezclas de citas que recicla del arte universal y pone a discursar con simpatía. Algunas de sus obras más conocidas son Mercado de Arte, Dolmen, El che, La manzana mordida, El grito, Naturaleza Muerta, Negro sobre negro, La máquina de Oriente, Desnudo con escolta, Adiós a las armas, y El arca de Duchamp, entre otras.
Reinerio Tamayo ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas desde el año 1987. Ha exhibido sus piezas en países como Brasil, Bulgaria, Canadá, España, Estados Unido, Gran Bretaña, Holanda, Italia, Panamá, Portugal, Puerto Rico y Venezuela. Estuvo presente en reconocidos eventos nacionales e internacionales como TELARTE VII (Cuba), las bienales de La Habana, el IV Salón de Arte Cubano Contemporáneo (Cuba), Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO (España), la Feria de Arte de Valencia (España), la VIII Bienal Internacional de Humorismo (Gran Bretaña), la IX Bienal Internacional del Humor y la Sátira en el Arte (Gabrovo, Bulgaria), y la Feria de Arte de Florencia (Italia).
Ha vendido su obra en programas como la Subasta de Primavera, organizada en el año 1996 en el Hotel Meliá Cohíba (La Habana, Cuba). Entre los galardones que su obra ha merecido se encuentran el Gran Premio Esopo de Oro en la IX Bienal Internacional del Humor y la Sátira en el Arte (Gabrovo, Bulgaria, 1989), el Primer Premio Melocatus Malanzanus en Humor Gráfico en II Festival del Humor Seña 90 celebrado en Matanzas (Cuba, 1990), el premio EGREM al mejor diseño de CD (Cuba, 1994), y la Mención en el Primer Salón Nacional de Arte Contemporáneo (La Haban, Cuba, 1995). Colecciones como la Colección Félix Daza (España), la Colección Enrico Garzaroli (Italia), la Colección Carlos Weil (Panamá), la Fundación Cultural La Merced- Caja (España), la Casa del Humor y la Sátira (Gabrovo, Bulgaria), el Van Reekum Museum (Apeldoorn, Holanda), y el Museo del Humor de San Antonio de los Baños (La Habana, Cuba) atesoran sus pinturas, dibujos y esculturas.
La obra de Carlos Quintana
El artista pinta sobre superficies gigantescas, y esparce la pintura con las manos, en ocasiones las chorrea, o les salpica cerveza. Interactúa con sus cuadros de diferentes maneras. Pone de manifiesto en sus obras, la maestría con que trabaja el color, utiliza las transparencias y las veladuras.
Sus cuadros pueden remitir a abstracciones. Sin embargo, el caos gestual siempre concluye en el gesto figurativo. La exquisitez del dibujo es patente en las obras este autor. De ellas surgen cabezas sobre bandejas y rostros metamorfoseados, que tienen a menudo un aire asiático, y discursan, en ocasiones, sobre los esencialismos humanos, y las religiones afrocubanas. Sus personajes imaginados convergen, en sus lienzos, con problemáticas reales y místicas.
Carlos Quintana ha participado en numerosas exposiciones colectivas desde el año 1984. Sus piezas han sido exhibidas en países como Argentina, Canadá, China, Costa Rica, España, Estados Unidos, Italia, México, Perú, República Dominicana, Suiza, y Venezuela. Su presencia ha sido notable en importantes eventos como la Feria de Arte Contemporáneo de Basel (Suiza), la Feria de Arte Latinoamericano de Miami, Art Chicago ´96, ARCO (Feria Internacional de Arte Contemporáneo), los Salones de la Ciudad (Cuba), los Salones de Arte Cubano (Cuba) y las bienales de La Habana. Colecciones públicas y privadas en Cuba, Panamá, México, Estados Unidos, Italia, Francia, Mónaco, Canadá, Venezuela, y Japón, aguardan y exhiben sus piezas.
La obra de Luis Enrique Camejo
Sus cuadros son mayoritariamente monocromáticos. La luz es protagonista y responsable de componer las atmósferas. Con el dibujo boceta, pero la mancha lo ocupa todo. Su pincelada es sinuosa y ligera, y en ocasiones acude al chorreado.
El tema fundamental de su obra es la relación fugaz entre el hombre y su espacio, en un determinado momento. La instantaneidad de sus escenas citadinas, bastante convulsas, son el motivo que encuentra para plasmar la velocidad de nuestros tiempos, la dinámica de la urbe y lo tormentoso de la vida actual. Camejo produce paisajes cargados de transeúntes casuales, carros, bicicletas y autobuses. Sus personajes anónimos parecen no estar nunca en reposo, sino en una carrera continua producto de la velocidad con que se vive.
Algunas de sus obras más conocidas son la serie Salida, la serie Malecón y Montaje. Ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas desde el año 1995. Entre los galardones obtenidos se encuentra el Primer Premio en la V Competición Nicomedes García Gómez, que aconteció en Segovia (España), en el año 2002. Sus piezas se han expuesto en países como Alemania, Canadá, Ecuador, El Líbano, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Italia, México, Panamá, Perú, Puerto Rico y Suiza.
Su presencia ha sido notable en importantes eventos nacionales y extranjeros como el Primer Salón de Arte Contemporáneo (La Habana, Cuba); las bienales de La Habana; la Feria de Arte CIRCA de San Juan (Puerto Rico); la Bienal de Cuenca (Ecuador); la Feria de Arte de Colonia (Alemania); y la Feria Internacional de Arte de Toronto TIAFF (Canadá). Ha vendido sus trabajos en la Gran subasta del MAC (Casacor, Ciudad de Panamá), en la XVII Gran Subasta de Excelencias de la Fundación Felipe San (Panamá), en la Subasta Fernando Durán (Madrid, España), y en la Subasta de Arte del 2006 organizada por la Galería de Arte Corocoran de Washington D.C. (Estados Unidos).